Catequesis de Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre los salmos

6883

Catequesis del Papa Juan Pablo II y de Benedicto XVI sobre los salmos. Explicación y comentarios de algunos salmos para la oración personal y comunitaria.

 

SALMO 5, 2-10. 12-13: “Señor, escucha mis palabras”

Salmo 8: “Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre!”

Salmo 10: “Al Señor me acojo”

Salmo 14: “Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?”

Salmo 15: “Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti”

Salmo 18 A: “El cielo proclama la gloria de Dios”

Salmo 19: «Que te escuche el Señor el día del peligro»

Salmo 20: “Señor, el rey se alegra por tu fuerza”

Salmo 26 II: “Escúchame, Señor, que te llamo”

Salmo 28: «Hijos de Dios, aclamad al Señor»

Salmo 29: «Te ensalzaré, Señor, porque me has librado»

Salmo 31: «Dichoso el que está absuelto de su culpa»

Salmo 32: “Aclamad justos al Señor”

Salmo 35: «El malvado escucha en su interior»

Salmo 40: «Dichoso el que cuida del pobre y desvalido»

Salmo 41: «Como busca la cierva corrientes de agua»

Salmo 42: «Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa»

Salmo 44 I – II: «Me brota del corazón un poema bello»

Salmo 45: «Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza»

Salmo 46: «Pueblos todos, batid palmas»

Salmo 47: «Grande es el Señor y muy digno de alabanza»

Salmo 48 I – II: «Oíd esto, todas las naciones»

Salmo 50: «Misericordia, Dios mío, por tu bondad»

Salmo 56: «Misericordia, Dios mío, misericordia»

Salmo 61: «Solo en Dios descansa mi alma»

Salmo 62: «Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo»

Salmo 64: «Oh Dios, tú mereces un himno en Sión»

Salmo 66: «El Señor tenga piedad y nos bendiga»

Salmo 71: «Dios mío, confía tu juicio al rey»

Salmo 76: «Alzo mi voz a Dios gritando»

Salmo 79: «Pastor de Israel, escucha»

Salmo 80: «Aclamad a Dios, nuestra fuerza»

Salmo 83: «¡Qué deseables son tus moradas!»

Salmo 84: «Señor, has sido bueno con tu tierra»

Salmo 85: «Inclina tu oído, Señor, escúchame»

Salmo 86: «Él la ha cimentado sobre el monte santo»

Salmo 89: «Señor, tú has sido nuestro refugio»

Salmo 91: “Es bueno dar gracias al Señor”

Salmo 92: «El Señor reina, vestido de majestad»

Salmo 95: «Cantad al Señor un cántico nuevo»

Salmo 96: «El Señor reina, la tierra goza»

Salmo 97: «Cantad al Señor un cántico nuevo»

Salmo 98: «El Señor reina, tiemblen las naciones»

Salmo 99: «Aclama al Señor, tierra entera»

Salmo 100: «Voy a cantar la bondad y la justicia»

Salmo 107: «Dios mío, mi corazón está firme»

Salmo 109: «Oráculo del Señor a mi Señor»

Salmo 110: «Doy gracias al Señor de todo corazón»

Salmo 111: «Dichoso quien teme al Señor»

Salmo 112: «Alabad, siervos del Señor»

Salmo 113 A: «Cuando Israel salió de Egipto»

Salmo 113 B: «No a nosotros, Señor, no a nosotros»

Salmo 114: «Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante»

Salmo 115: «Tenía fe, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!»»

Salmo 116: «Alabad al Señor, todas las naciones»

Salmo 117: «Dad gracias al Señor porque es bueno»

Salmo 118, 105-112: «Lámpara es tu palabra para mis pasos»

Salmo 118, 145-152: «Te invoco de todo corazón»

Salmo 120: «Levanto mis ojos a los montes»

Salmo 121: «¡Qué alegría cuando me dijeron!»

Salmo 122:  «A ti levanto mis ojos»

Salmo 123: «Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte»

Salmo 124: «Los que confían en el Señor son como el monte Sión»

Salmo 125: «Cuando el Señor cambió la suerte de Sión»

Salmo 126: «Si el Señor no construye la casa»

Salmo 129: «Desde lo hondo a ti grito, Señor»

Salmo 130: «Señor, mi corazón no es ambicioso»

Salmo 131: «Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes»

Salmo 134, 1-12: «Alabad el nombre del Señor»

Salmo 134, 1-21: «Señor, tu nombre es eterno»

Salmo 135: «Dad gracias al Señor porque es bueno»

Salmo 136, 1-6: «Junto a los canales de Babilonia»

Salmo 137: «Te doy gracias, Señor, de todo corazón»

Salmo 138: «Señor, tú me sondeas y me conoces»

Salmo 140: “Señor, te estoy llamando, ven deprisa”

Salmo 142: «Señor, escucha mi oración»

Salmo 143: «Bendito el Señor, mi Roca»

Salmo 144: «Te ensalzaré, Dios mío, mi rey»

Salmo 145: «Alaba, alma mía, al Señor»

Salmo 146: «Alabad al Señor, que la música es buena»

Salmo 147: «Glorifica al Señor, Jerusalén»

Salmo 148: «Alabad al Señor en el cielo»

Salmo 149: «Cantad al Señor un cántico nuevo»

Salmo 150: «Alabad al Señor en su templo»