Jesús, vengo a orar por mi esposo;
es el hombre que elegí para caminar juntos
hasta el final de la vida,
para amarnos, construir una familia,
disfrutar, ser felices y darte gloria.
Te pido que lo hagas un buen padre,
que nuestros hijos tengan en él un ejemplo a seguir.
Que sea un hombre de bien:
sincero, honrado, responsable y trabajador,
testimonio de vida cristiana y de amor a Tí.
Bendícelo, Señor,
bendícelo en su camino y en su trabajo,
que su ángel de la guarda lo acompañe
donde quiera que se encuentre.
Dale buenos amigos y ayúdalo
a tomar decisiones acertadas.
Protégelo de todo mal,
líbralo de las malas compañías,
de los peligros de alma y cuerpo,
de los vicios y las insidias del demonio.
A mi, concédeme la gracia de amarlo
como él necesita ser amado.
Que por mi forma de ser con él,
por mis palabras, mis gestos y actitudes,
él sienta tu amor y tu ternura,
tu bondad y cercanía.
Dame la prudencia necesaria
para saber hablar y saber callar,
para saber intervenir o dejar pasar,
para saber pedir y saber ceder,
para respetar y hacerme respetar.
Que sea capaz de perdonar
como Tú lo haces conmigo,
que la paciencia y el espíritu de servicio
que Tú me tienes los tenga yo con él.
El sacrificio que esto me suponga,
te lo presento desde ahora
como ofrenda agradable a Tí,
por su propia salvación eterna,
la de nuestros hijos y la mía.
Que la gracia conyugal
que recibimos el día de nuestra boda
se mantenga viva y fuerte,
como una llama ardiente,
en cada momento presente.
Que seas Tú quien reine en casa,
Tus amores, Tus leyes, Tu estilo,
y no nuestros caprichos y pasiones.
Concédenos la gracia de permanecer unidos,
admirándonos y amándonos hasta la muerte,
y junto con nuestros hijos, alcanzar todos el cielo.
Gracias, Señor, por mi esposo,
lo confío a tu Sagrado Corazón,
a tu Madre Santísima y a San José;
Cuídalo mucho, es Tu hijo, Señor,
y es el padre de mis hijos.
Amén.