Esta tela que Tú tejes
con antiguas lanzaderas,
mezcla, cruza, hila, enreda,
mas la cara verdadera
sólo a Tus ojos merece.
De mi lado, un entresijo
de hilos rotos o anudados,
de colores variopintos,
sin forma, descombinados,
y a mi vista: sin sentido.
Este tapiz de mi vida
(para Ti no es complicado),
por detrás , me desanima,
por delante, que es Tu lado,
te entusiasma y glorifica.
Algún día me reservas
en que amaré el resultado
de las puntadas certeras
con que mi alma has tapizado.
Hasta entonces: fe y espera.
“Sí , Señor. “ Si te interesa,
“Sí Señor” es mi respuesta.
Sí a que hagas lo que quieras,
sí a que zurzas, aunque duela,
estos rotos que en mí encuentras.
Sí a que cortes con tijeras
los retazos que me apegan,
sí a que cosas tela nueva
(que ya no sirve la vieja),
sí a tus hilos que me sellan.
Y hasta que no me poseas
plenamente, sigue tu obra,
no abandones a tu tela,
( …un trapito…nunca sobra),
no la dejes incompleta. Amén.