Jesús, Maestro divino, te alabamos y bendecimos por haber dado a los hombres la capacidad de descubrir las nuevas técnicas audiovisuales: el cine, la radio y la televisión. Todo lo creaste para nosotros, como nosotros somos para Cristo. Todos estos inventos cantan también tu gloria, como Creador y Salvador.
No nos dejes caer en la tentación, Señor, y líbranos de abusar de estos dones, que con tanta abundancia y amor nos has prodigado.
Anima y guía a los responsables de esos medios para que obren con amor, con respeto de la inocencia y de la dignidad de los hombres. Haz que difundan siempre la buena semilla, y vigilen para que el Maligno no la destruya, sembrándole encima la cizaña.
Ilumina a espectadores y oyentes para que, apartándose de los manantiales contaminantes, busquen la fuente de agua viva, con el fin de corregir los abusos y escándalos difundidos en el mundo con estos medios.