Señor, dame una buena digestión, pero también algo para digerir.
Dame la salud del cuerpo y el buen humor, necesario para mantenerla
Dame, Señor, un alma sencilla que sepa sacar provecho de todo lo que
es bueno y no se asuste cuando vea el mal, sino mas bien que se
encuentre el modo de poner las cosas en su puesto.
Dame un alma que no conozca el aburrimiento ni los refunfuños,
suspiros o lamentos, y no permitas que me atormente demasiado por esa
cosa demasiado incómoda llamada «yo».
Dame, Señor, el sentido del buen humor
Amén