Oración al Espíritu Santo para transformar el corazón

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A Jesús no le importó que lo vieran sentarse a la mesa con pecadores, y no se resistió a elegir a un hombre considerado pecador público para formar parte del grupo de los doce. Y explicó: «No tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos» y «No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores» (Lc 5, 31-32). Te suplico, Espíritu de Amor, que me ayudes a tener criterios y actitudes como Jesús, cambia mi corazón duro, de piedra, por un corazón de carne y no permitas que me considere superior a los demás, ni más perfecto que ellos, al grado que no quiera mezclarme con gente que considere impura. Que no olvide que Jesús también se ha sentado en mi mesa de pecador, y nunca adopte actitudes puritanas; que no desprecie a nadie, sino que más bien tenga un corazón humilde y compasivo como Cristo. Que mire y abrace a todos con amor.