En conocer a Jesús
tú fuiste, Andrés, el primero,
Juan te señaló al Cordero,
tú le seguiste a la cruz.
Como un reguero de luz,
a Cristo evangelizando,
tu vida se fue sembrando
para cosechar después
gavillas de rica mies,
nuevas Iglesias fundando.
De Cristo amigo cercano,
predicas desde tu cruz.
«Queremos ver a Jesús»,
llévanos tú de la mano,
como llevaste a tu hermano
de sangre y de santidad,
conduce en la caridad
a las Iglesias de Oriente,
llévalas hasta la fuente
por caminos de unidad.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.