Un grito desde nuestra miseria

1802

No hemos bajado bastante profundo en nuestra miseria para gritar hacia Dios. Una oración que viene de lo profundo es siempre escuchada. Se comprende también que esta nada puede ser fuente de desesperación si se la considera con una mirada humana debilitante, pero que es fuente de locas esperanzas, si se la mira con los ojos de la Misericordia. (Lafrance J, Mi vocación es el amor).