Entrar en el abrazo trinitario

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El hombre que recibe el Espíritu recibe este beso y entra en el abrazo trinitario. Y S. Bernardo añade: «Juan bebió en el seno del Hijo único lo que este había bebido en el seno de su Padre. Todo hombre puede así escuchar en él al Espíritu del Hijo, llamando «¡Abba, Padre!» Si el matrimonio carnal une dos seres en una sola carne, con mayor razón la unión espiritual los une en un solo espíritu». Es la esencia misma de la oración, pues es el tiempo de los esponsales, en el que se lanza uno a otro una mirada de plenitud y donde se goza el uno del otro. (Lafrance J, Mi vocación es el amor).