Oración para pedir perdón y para perdonar

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Oración para pedir perdón y para perdonar

El perdón es la llave de la libertad y la paz interior. Para pedir perdón se requiere humildad. Para perdonar se requiere misericordia. Ni la humildad ni la misericordia son fáciles. Pedir perdón supone reconocerse pecador. Perdonar supone tener un corazón como el de Cristo.

En el Padre Nuestro, Jesucristo nos enseña a pedir: «Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», pues el perdón de los pecados y el haber perdonado son condiciones para alcanzar la paz interior y la salvación eterna.

Oración para pedir perdón y perdonar

Padre,

me declaro culpable, pido clemencia, perdón por mis pecados.

Me acerco a ti con absoluta confianza

porque sé que tú prefieres la penitencia a la muerte del pecador (cfr. Ezequiel 33,11)

A ti no te gusta ni la venganza ni el rencor, tu corazón es compasivo y misericordioso,

y sé que sólo estás esperando a que tenga la humildad de reconocer mi pecado, arrepentirme y pedir perdón

para desbordar la abundancia de tu misericordia.

«Cuando confesamos nuestros pecados, Dios, fiel y justo, nos los perdona» (1 Jn 1,9)

Miro al horizonte: veo tus brazos abiertos y un corazón de Padre

queriendo atraerme con lazos de un amor infinito.

Padre, perdóname, quiero recibir el abrazo eterno.

Tu enseñanza es muy clara: para ser perdonados y poder entrar en el Reino de los cielos debemos tener un Corazón como el tuyo.

«Perdonad y se os perdonará» (Lc 6,36)

«El que odia a su hermano es un homicida» (1 Jn 3,15)

«Con la medida que midiereis se os medirá» (Mt 7,2)

«Si no perdonáis, tampoco el Padre os perdonará» (Mc 11,23)

Nos pides que seamos buenos cristianos por la práctica de la caridad evangélica.

Que seamos benévolos con quienes nos han hecho daño, con quienes nos han ofendido, nos han traicionado y nos odian, pues de otro modo no mereceremos que lo seas Tú con nosotros.

El siervo al que se le condonó su deuda, cuando no quiso él hacer lo mismo con otro que le debía, fue encarcelado.

Perdió el perdón que había obtenido al no ser él capaz de perdonar. (Mt 18,23-25)

Padre, envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados,

purifícame, sáname, restáurame, renuévame

con la Sangre Redentora de tu Hijo;

ayúdame a tener un corazón como el Suyo,

un corazón humilde y generoso capaz de perdonar,

arranca de mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne.

Aquí encuentras una explicación de las demás partes del Padre nuestro:

Padre nuestro

Que estás en el cielo

Santificado sea tu nombre

Venga a nosotros tu Reino

Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

No nos dejes caer en tentación

Y líbranos del mal, amén.


Autor, P. Evaristo Sada L.C.(Síguelo en Facebook)

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