Estemos atentos para no repetir el error de los nueve leprosos que ni siquiera volvieron para dar gracias. Después de cada confesión, acudamos a la Eucaristía a dar rienda suelta a nuestra conmovida gratitud.
Estemos atentos para no repetir el error de los nueve leprosos que ni siquiera volvieron para dar gracias. Después de cada confesión, acudamos a la Eucaristía a dar rienda suelta a nuestra conmovida gratitud.