«Estaba de pie la Madre sufriendo»
Himno litúrgico que medita sobre el sufrimiento de María durante la crucifixión de su Hijo, sobre las emociones de Nuestra Señora en la Cruz.
La autoría se atribuye al Papa Inocencio III, y al franciscano Jacopone da Todi.
Debido a su carácter vívidamente lírico y épico, el himno ha recibido muchísimos arreglos musicales.
1
Estaba la Madre dolorosa
junto a la Cruz llorosa
en que pendía su Hijo.
Su alma gimiente,
contristada y doliente
atravesó la espada.
2
¡Oh, cuán triste y afligida
estuvo aquella bendita
Madre del Unigénito.
Languidecía y se dolía
la piadosa Madre que veía
las penas de su excelso Hijo.
3
¿Qué hombre no lloraría
si a la Madre de Cristo viera
en tanto suplicio?
¿Quién no se entristecería
a la Madre contemplando
a su doliente Hijo?
4
Por los pecados de su gente
vio a Jesús en los tormentos
y doblegado por los azotes.
Vio a su dulce Hijo
muriendo desolado
al entregar su Espíritu.
5
Ea, Madre, fuente de amor,
házme sentir tu dolor,
contigo quiero llorar.
Haz que mi corazón arda
en el amor de mi Dios
y en cumplir su voluntad.
6
Santa Madre, yo te ruego
que me traspases las llagas
del Crucificado en el corazón.
De tu Hijo malherido
que por mí tanto sufrió
reparte conmigo las penas
7
Déjame llorar contigo
condolerme por tu Hijo
mientras yo esté vivo.
Junto a la Cruz contigo estar
y contigo asociarme
en el llanto es mi deseo.
8
Virgen de Vírgenes preclara
no te amargues ya conmigo
déjame llorar contigo.
Haz que llore la muerte de Cristo
házme socio de su Pasión,
haz que me quede con sus llagas.
9
Haz que me hieran sus llagas
haz que con la Cruz me embriague
y con la Sangre de tu Hijo.
Para que no me queme en las llamas
defiéndeme tú, Virgen santa,
en el día del juicio.
10
Cuando, Cristo, haya de irme,
concédeme que tu Madre me guíe
a la palma de la victoria.
Y cuando mi cuerpo muera,
haz que a mi alma se conceda
del Paraíso la gloria.
Amén.