Expiraste Jesús, pero tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas, y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo. Oh fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, anega el mundo entero, derramando sobre nosotros hasta Tu última gota.
Oh sangre y agua que brotasteis del Corazón de Jesús, manantial de Misericordia para nosotros, en ti confío. Amén.