Madre Santísima, Virgen de Guadalupe: cuando veo tu imagen en la tilma de Juan Diego, me remonto de inmediato a tu presencia en el Cielo, y tu solo recuerdo me llena de confianza.
Tú bien sabes cuánto me preocupan mis hijos. Quiero lo mejor para cada uno de ellos. Anhelo que anden por el camino del bien, que sean amigos de Jesús, que protejan y cultiven su vida de gracia. Pero ¡Están tan expuestos!
Si Tú estás con ellos, no temo mal alguno.
Pongo a mis hijos (di sus nombres) en tu Sagrado Corazón.
Tu me confiaste su vida y educación, ahora yo te los entrego, Madre mía. Que estén siempre bajo tu mirada, bajo tu dulce y poderosa protección.
Tu, que eres Madre, comprendes mejor que nadie la carga de amor que hay detrás de mi plegaria. Quedo tranquila, con la seguridad de que me has escuchado y que estás intercediendo ya por ellos ante tu Hijo Jesucristo.
Amén.
Autor, P. Evaristo Sada L.C.(Síguelo en Facebook)
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