Espíritu Santo, a veces vivo como esclavo de mis estados emocionales. Quiero ser libre, con la libertad de quien vive a los ojos de Dios. Me entristece no contar con la aprobación de todos, que no todos me vean bien, no todos me quieran, no todos confíen en mí, no todos hablen bien de mí, no todos quieran estar conmigo. Me entristece no contar siempre con un hombro donde recargarme, un oído que me escuche, un corazón que me comprenda. Me entristece que no me den más tiempo aquellos a quienes más quiero. Me entristece pensar que no soy suficiente para ellos. Me entristece que otros tengan lo que yo no tengo o logren lo que yo no he podido lograr. Qué pena, pero así están las cosas. Líbrame de esta esclavitud. Quiero ser libre, profundamente libre.
