Espíritu Santo, de tanto trabajar y luchar me viene el cansancio, se me acaban las fuerzas, siento que no puedo más. Así me imagino a Jesús camino al Calvario, cayó una, dos y tres veces; las tres veces se levantó, abrazó su cruz y siguió subiendo. Cuando yo esté así de cansado, pon en mis labios y en mi corazón el Salmo 107 y enséñame a rezar junto a Jesús: «Mi corazón está firme en el Señor» Que esta oración y el recuerdo de Cristo en su pasión me mantengan firme y fiel hasta morir en la raya.