Si vivimos, vivimos para Dios;
si morimos, morimos para Dios;
en la vida y en la muerte,
somos de Dios.
Nuestras vidas son del Señor,
en sus manos descansarán;
el que cree y vive en él
no morirá.
Con Cristo viviré,
con Cristo moriré;
llevando en el cuerpo
la muerte del Señor;
llevando en el alma
la vida del Señor.
Si vivimos, vivimos para Dios;
si morimos, morimos para Dios;
en la vida y en la muerte,
somos de Dios. Amén.