¿De qué manera llegaré a reparar como predestinado? -Uniéndome a las reparaciones del Redentor. ¿Cómo me uniré a esas reparaciones? –Cumpliendo en mi carne lo que resta que padecer a Cristo. Sus méritos son como una bebida que yo debo incorporarme por las prácticas personales de penitencia. Cuando sé tomar y aceptar las pruebas purificadoras, en unión y conformidad con los designios del Salvador y las ideas de Dios, completo en mí la obra redentora, comenzada para mí, pero no acabada sin mí. (José Tissot, La vida interior)