Los llamó por su nombre

1827

Sí, el amor de Cristo ha alcanzado a cada uno y cada una de vosotros, queridos Hermanos y Hermanas, con aquel mismo «precio» de la Redención. Como consecuencia de esto, os habéis dado cuenta de que ya no os pertenecéis a vosotros mismos, sino a El. Esta nueva conciencia ha sido el fruto de la «mirada amorosa» de Cristo en el secreto de vuestro corazón. Habéis respondido a esta mirada, escogiendo a Aquél que antes ha elegido a cada uno y cada una de vosotros, llamándoos con la inmensidad de su amor redentor. Llamando «por nombre», su llamada se dirige siempre a la libertad del hombre. Cristo dice: «si quieres…». La respuesta a esta llamada es, pues, una opción libre. Habéis escogido a Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo, escogiendo el camino que El os ha indicado.

Exhortación apostólica Redemptoris donum