Soy, pues, por mí mismo tan incapaz de una buena obra sobrenatural como de mi propia creación. Una vez criado a la vida natural puedo ejecutar sus actos, una vez criado a la vida sobrenatural puedo también ejecutar sus actos; pero la creación viene de Dios. Por esto San Pablo la llama la criatura nueva, la vida nueva, el hombre nuevo que ha sido criado conforme a Dios en la justicia y la santidad de la verdad. Lo que aquí llama la justicia y santidad de la verdad es lo que en otro lugar ha llamado “hacer la verdad en la caridad”: son siempre los tres términos de la piedad. Para que yo tenga esta vida nueva, esta vida que es según Dios, semejante a la de Dios, esta vida que es la justicia y la santidad, es decir, la piedad; para que yo la tenga, digo, es necesario que yo sea criado. Todo viene de la gracia, todo: verdad, santidad, justicia, conocimiento, amor y servicio de Dios; la gracia es la que cría en mí la piedad cristiana. (José Tissot, La vida interior)