La soberbia espiritual

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¡Oh, cuántos generosos soldados, y grandes siervos de Dios, después de las victorias insignes de muchos años, han perecido en el escollo de la soberbia espiritual, y de hijos de Dios se han hecho esclavos de Lucifer! El modo de librarnos de este tremendo golpe, y oculto lazo de Satanás, es temblar siempre, y ejercitar las virtudes y buenas obras con temor y temblor, para que no se engendre en ellas el gusano oculto del amor propio y la soberbia, que tan odiosa es a Dios; y por eso, humillándonos en ellas, debemos procurar cada día hacerlas mejores, como si nada bueno hubiéramos obrado bien hasta el presente; y cuando nos pareciere (que jamás debemos pensarlo) que hemos obrado alguna cosa bien, y con perfección, debemos de todo corazón decir a Dios: Servi inutiles sumus: Somos siervos inútiles y de ningún provecho (Luc. XVII, 10).(El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli)