La paz

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Cuando la piedad ha restablecido el orden en todo, descanso en la tranquilidad del orden, que es la paz. Y ésta es la paz verdadera, la paz profunda, la paz de Dios, que sobrepuja a todo lo que es de los sentidos. Es la paz que Jesucristo llama su paz, y que es infinitamente diferente de la paz del mundo. Cuando he cumplido la justicia, dando a Dios lo que es de Dios y a la criatura lo que es de la criatura, la justicia da su fruto, que es la paz. Pasando sobre las colinas de la justicia llego a las montañas de la paz. Los ángeles lo anunciaron en Belén: La paz del hombre sigue siempre a la gloria de Dios. (José Tissot, La vida interior)