El anhelo de paz

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La paz es la última palabra de la felicidad del hombre, es el resumen supremo de las promesas divinas y el último canto de triunfo de la Iglesia sobre la tumba de sus hijos. Cuando un fiel abandona la muerte para entrar en la vida, el representante de Dios y de la Iglesia dice, en nombre de Dios y de la Iglesia, tres palabras que son el lazo de unión del tiempo y de la eternidad: Requiescat in pace. ¡El descanso en la paz!… ¡Qué palabras y qué deseo!… Es el deseo de la eternidad, porque la paz sólo es definitiva en el cielo. (José Tissot, La vida interior)