Frecuentemente no me reparo en mi excesiva confianza en mis propias fuerzas hasta el momento en que caigo; pero, al menos, al caer puedo ver mi confianza en mí mismo y mi debilidad. Es necesario que yo aproveche esto; será para mí un gran medio de adelantar; y adelantaré en la proporción en que sepa transportar a Dios y a su gracia la confianza que ahora tengo en mí y en mis medios; y tendré la plena seguridad de mi aprovechamiento cuando la gracia divina sea todo mi apoyo y toda mi fuerza. (José Tissot, La vida interior)