Hazte pobre en el espíritu

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No te quedes pues en los dones. ¡Y no pienses que con la gracia rica y generosa del Espíritu, nada te falta para la perfección! sino que cuando afluyan hacia ti esta profusión de dones, entonces hazte pobre de espíritu. Acurrucado bajo el temor de Dios y contando solo con la caridad como fundamento del tesoro de la gracia para el alma, sigue combatiendo toda impresión descabellada antes de haber alcanzado la cumbre de la meta de la piedad: el mismo Apóstol te precedió, y trae a allí a sus discípulos por su oración y por su doctrina, mostró incircuncisión, lo que vale es ser una nueva criatura. Y a todos los que siguen esta norma, paz y misericordia, así como al Israel de Dios (Ga 6, 15-16).