Dios procede con toques delicados

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Dios respeta demasiado al hombre para hacerle vivir en este estado de alta tensión que no podría soportar sin gran daño para su vida natural. Por eso Dios procede por toques delicados y fuertes para hacer presentir al hombre la fuerza de su amor. Y, luego, hay que comprender la naturaleza de esta experiencia que modifica un ser en profundidad y en sus raíces. Se olvida muy a menudo, hoy, que una tal experiencia deja huellas y que hay que asumir los resultados. No se echan los desechos al cubo de la basura como en un laboratorio. No sucede lo mismo con las experiencias de menor intensidad, por ejemplo, las semanas de oración, las escuelas de oración que se ven florecer hoy en día. Algunos las multiplican sin darse cuenta de que viven más la moda del consumo que la de la asimilación.