Cuando Dios quiere que alcances las profundidades de la fe, puede someterte a pruebas muy difíciles, puede despojarte de muchas cosas, e incluso quitártelo todo. Dios puede desear que arranques todas tus raíces y que, carente de todo apoyo, esperes la ayuda salvadora solamente de él. (Tadeuz Dajczer, Meditaciones sobre la fe).