¿Es una cosa sorprendente que el Señor haya cambiado el nombre de Simón por el de Pedro? «Pedro» quiere decir «roca»; el nombre de Pedro es, pues, símbolo de la Iglesia. ¿Quién está seguro sino el que construye sobre roca? Y, ¿qué es lo que dice el mismo Señor? Todo el que escucha las palabras que yo digo y las pone en práctica es comparable a un hombre sensato que construye su casa sobre roca.
¿De qué le sirve entrar en la Iglesia al que quiere construir sobre arena? Escucha la palabra de Dios pero no la pone en práctica; así es que construye sobre arena. Si no escuchara, no construiría; escucha, pues, y edifica. Pero, ¿sobre qué fundamento? Si escucha la palabra de Dios y la pone en práctica, es sobre roca; si la escucha y no la pone en práctica, es sobre arena. Se puede, pues, construir de dos maneras distintas. Si te contentas con escuchar sin poner por obra lo que has escuchado, construyes una ruina. Si, por el contrario, no escuchas, te quedas a la intemperie, y serás arrastrado por el torrente de las tribulaciones.
Estad seguros, hermanos míos: el que escucha la palabra sin obrar en consecuencia no edifica sobra roca; no tiene nada que ver con este gran nombre de Pedro al cual el Señor ha dado tanta importancia.