- Dejémonos «contagiar» por el silencio de san José. Nos es muy necesario, en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios (Benedicto XVI)
- Su silencio estaba impregnado de contemplación del misterio de Dios, con una actitud de total disponibilidad a la voluntad divina. En otras palabras, el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y todos sus actos. Un silencio gracias al cual san José, al unísono con María, guarda la palabra de Dios, conocida a través de las sagradas Escrituras, confrontándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santísima voluntad y de confianza sin reservas en su providencia. (Benedicto XVI)
- Si os asalta el desánimo, pensad en la fe de José; si os invade la inquietud, pensad en la esperanza de José, descendiente de Abrahán, que esperaba contra toda esperanza; si la desgana o el odio os embarga, pensad en el amor de José, que fue el primer hombre que descubrió el rostro humano de Dios en la persona del Niño, concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María. (Benedicto XVI)
- Su vida, caracterizada por la escucha de Dios y la familiaridad con Cristo, se presenta comosíntesis armónica de fe y vida, de autorrealización personal y amor a los hermanos, de compromiso diario y confianza en el futuro. (San Juan Pablo II)
- Que todos los creyentes, siguiendo el ejemplo de san José, logren en su propia vida una profunda armonía entre la oración y el trabajo, entre la meditación de la palabra de Dios y las ocupaciones diarias. En el centro de todo esté siempre la relación íntima y vital con Jesús, Verbo encarnado, y con su Madre santísima. (San Juan Pablo II)
- La fe, sostenida por la oración: este es el tesoro más valioso que san José nos transmite. Han seguido sus huellas generaciones de padres que, con el ejemplo de una vida sencilla y laboriosa, han impreso en el alma de sus hijos el valor inestimable de la fe, sin el cual cualquier otro bien corre el riesgo de resultar vano. (San Juan Pablo II)
- Su grandeza, como la de María, resalta aún más porque cumplió su misión de forma humilde y oculta en la casa de Nazaret. Por lo demás, Dios mismo, en la Persona de su Hijo encarnado, eligió este camino y este estilo —la humildad y el ocultamiento— en su existencia terrena. (Benedicto XVI)
- La obediencia de Jesús en la casa de Nazareth, es entendida también como participación en el trabajo de José. El que era llamado el hijo del carpintero había aprendido el trabajo de su padre putativo. El trabajo humano y, en particular el trabajo manual tienen en el Evangelio un significado especial … José acercó el trabajo humano «al misterio de la redención» (Juan Pablo II)
- San José habla poco pero vive intensamente, no sustrayéndose a ninguna responsabilidad que la voluntad del Señor le impone. Nos ofrece ejemplo atrayente de disponibilidad a las llamadas divinas, de calma ante todos los acontecimientos, de confianza plena, derivada de una vida de sobrehumana fe y caridad y del gran medio de la oración (Juan XXIII)
- Un hombre … que tiene una insondable vida interior, de la cual le llegan órdenes y consuelos singulares, y la lógica y la fuerza, propia de las almas sencillas y limpias, de las grandes decisiones, como la de poner en seguida, a disposición de los planes divinos, su libertad… (Pablo VI)