El orden de la creación no existe en su plenitud, el plan de Dios no se realiza en su integridad, yo no alcanzo mi fin en su totalidad, sino cuando Dios es para mí todo en todas las cosas, cuando no busco ni deseo nada fuera de Él, cuando todo me conduce a Él, cuando, en fin, su gloria, dominando y absorbiendo mi satisfacción, es mi único fin, mi gozo y mi descanso. (José Tissot, La vida interior)