”El amor se debe poner más en las obras que en las palabras» (Ejercicios n.Q 23). Teresa vinculará siempre el amor al don efectivo de su persona que se da a través de pequeñas obras. Tanto cuanto está despegada de las grandes obras y trabajos de penitencia deslumbradoras que llenan de orgullo, tanto se agarra a las pequeñas acciones realizadas con amor. En el fondo esto es obedecer a las sugerencias del Espíritu que nos conduce a la obediencia de Cristo y de la Iglesia. Y Cristo nos dice que no nos servirá de nada haber obedecido todos los mandamientos si no hemos obedecido al Espíritu. Dirá al joven rico: «Una cosa te falta», precisamente el haber obedecido a su invitación gratuita de dejarlo todo. Para Teresa, deshojarse es consumirse, arder en la llama de Dios, es probar su amor por medio de pequeños sacrificios. La palabra está arrojada y tiene una gran importancia, aunque haya peligro hoy de sonreírse ante ella. (Lafrance J, Mi vocación es el amor).