La castidad, alegría de pertenecer a Dios

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”La castidad, dice el P. Molinié, es la alegría de ser el bien de Dios. Esta alegría nos inspira la necesidad de ocultarnos para pertenecerle, para que él sea el único que goce de nosotros; no revelarse a los demás, sino en la medida en que él mismo nos lo pide. El espíritu de castidad es, pues, el alma del silencio. Toda revelación inútil de nosotros mismos es ya algo impuro»