El alma pacífica descansa en la divina simplicidad

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Simplificación de lo múltiple, y así el alma pacífica es la que descansa tranquila en la divina simplificación. El amor engendra la paz, enlazándola con la divina Unidad; mas la simplificación misma, el orden tranquilo, es fruto de la Sabiduría. Ya dijeron los filósofos que es propio del sabio ordenar, porque con la luz única y simple de las cosas altísimas ilumina al universo y lo simplifica en la unidad. La fe nos descubre más hondamente el misterio. El orden es el reflejo de aquel pensamiento único y riquísimo que es el Verbo de Dios, la Sabiduría sustancial. La paz es la tranquilidad de ese reflejo. Por eso en la naturaleza todo es sosiego, porque nada turba su solemne tranquilidad. El libre albedrío tiene el horrible privilegio de impedir la irradiación divina de la sabiduría en las almas; por eso en el mundo de las almas es cosa tan ardua la paz. Pero en los dos mundos la sabiduría produce la paz, siempre es la paz la imagen sosegada del Verbo de Dios. En el mundo inferior, la Sabiduría increada produce la paz por el misterio de causas sujetas a leyes necesarias y precisas. En el mundo de las almas, éstas son los ministros gloriosos del Verbo que deben producir en sí mismas la paz, y para ello reciben, como causas inteligentes y libres, una imagen activa y fecunda de la Sabiduría increada, que es en el orden natural la sabiduría adquirida y en las alturas de la perfección es el don altísimo de Sabiduría, productor maravilloso de la paz. Pero quien graba en la naturaleza y en las almas la imagen del Verbo es el AMOR, que se complace en unir, que escribe tiernamente por dondequiera el nombre del Amado: en el cielo, con las estrellas rutilantes; en la tierra con el relieve gigantesco de las montañas y con la armoniosa policromía de las flores y con los móviles cristales del océano inmenso; y en las almas, con la opulencia de las virtudes y la plenitud divina de los dones. Así, en la tierra la paz es hija de la luz y del amor, como en el cielo el Verbo y el Espíritu Santo son las fuentes eternas de la paz que emana del seno del Padre. (El Espíritu Santo)