Aceptar el sufrimiento con gratitud

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¿Pero cómo es preciso aceptar el sufrimiento? –Digámoslo en seguida: con agradecimiento. Con agradecimiento digo, no con gozo: el gozo frecuentemente no depende de mí, Dios me lo da como recompensa; pero el agradecimiento depende siempre de mí. Al primer golpe de vista y para un alma que no está habituada puede parecer difícil llegar hasta el agradecimiento cuando somos víctimas de las apreturas del dolor; en realidad, creo que es más fácil decir un “gracias” con resolución que estar gimiendo con paciencia. Para eso es preciso un arranque de generosidad: digo un arranque, porque esto sólo se hace bien por un impulso del corazón. (José Tissot, La vida interior)