En la oración de los principiantes la gracia de Dios está siempre presente en el corazón del hijo para ayudarle; aunque hace falta superar muchos obstáculos y dificultades para que la acción del Espíritu Santo haga sentir su acción. La iniciativa está todavía en manos del hombre y Dios quiere el esfuerzo como manifestación de buena voluntad.
En esta primera fase de vida espiritual, la meditación aparece todavía principalmente como un esfuerzo de la persona. Y el progreso no faltará cuando la persona haya quitado, o mejor, sepa con la mortificación, controlar las pasiones y neutralizar las influencias negativas del mal; el Espíritu Santo hará sentir mejor y más vigorosamente su acción.
Entonces la iniciativa pasa a las manos de Dios, el alma se vuelve como pasiva, y también su diálogo, en la oración, está más controlado por Dios; por tanto es más simple, menos laborioso e inmensamente más fructífero; la acción de Dios es operativa más allá de nuestras expectativas.
»Clasificación» de los grados de oración
¿Será fácil clasificar con precisión toda la gama de los grados de oración ordinaria y superior?
a) Al inicio tenemos la oración discursiva o simplemente meditación; en ella prevalece el trabajo del intelecto. (…), el hombre llega a los diversos actos de la voluntad. (…);pero domina el razonamiento y abundan las palabras.
b) A continuación, en la oración afectiva, los actos de la inteligencia se reducirán; (…) es la gracia del Espíritu Santo que se hace sentir más. Ahora prevalecen los afectos.
c) Después la oración se hace siempre más simple; los actos de la voluntad se simplifican en su formulación y ganan en intensidad; se ora con una caridad más intensa. La simple mirada de una madre a su hijo es expresión de su amor.
Extracto de La oración
Autor: Antonio Furioli
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