En la carta apostólica Porta Fidei en que el Papa Bendicto XVI convoca el Año de la fe, dice que durante este año: «Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre». (PF 8)
¿Cómo hacerlo en familia? Una forma práctica de confesar la fe en familia es rezar todos los días el Credo en un tiempo reservado para la oración en familia. Este acto sencillo pero profundamente significativo podrá ayudar a que el año de la fe sea «un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe» a partir del propio hogar.
En concreto, se podría hacer lo siguiente:
Inicio del año de la fe: 11 de octubre de 2012
a) Proponer al propio párroco que este día convoque a las familias a una celebración eucarística donde:
- Explique lo que es el año de la fe y los objetivos que ha trazado el Papa (ver Porta Fidei y la Nota con indicaciones pastorales de la Congregación para la Doctrina de la Fe, así como el resumen que aparece más abajo)
- Las familias renueven las promesas bautismales (cfr. Liturgia de la Vigilia Pascual)
- Bendiga el cirio que cada familia lleve a la celebración
- Invite a las familias a dar un particular testimonio de caridad a lo largo del año.
b) Al regresar a casa:
- Después de esta celebración, cada familia dispone un lugar en su casa donde se colocará el cirio pascual, que representa a Cristo Resucitado y la llama de la fe que el Espíritu Santo encendió en nuestros corazones el día del propio bautismo. Lo encienden y rezan todos juntos el Credo. Sería ideal que el cirio se encuentre en una ventana que dé a la calle y que este espacio lo adornen en familia, como se hace con el Belén o Nacimiento en Navidad.
- Acuerdan el momento en que se reunirán todos los días en familia en torno al cirio (puede ser después de cenar, por ejemplo).
Durante el año de la fe se reúnen todos los días en familia en torno al cirio
- El papá, la mamá o uno de los hijos, enciende el cirio (cuando el papá asume el liderazgo espiritual en la educación de los hijos en la fe, sus actos y palabras suelen ser particularmente incisivos).
- Un miembro de la familia lee un número del catecismo de la Iglesia católica, de preferencia tomado de la primera parte que trata precisamente sobre el Credo. En los tiempos fuertes de Adviento, Navidad, Cuaresma y Semana Santa, y Pascua, la parroquia puede sugerir una selección de números del catecismo acordes al tiempo litúrgico.
- Rezan todos juntos y de manera pausada el Credo
- Un miembro de la familia, por turnos, dirige una oración espontánea a Jesucristo
- Guardan un minuto de silencio, en diálogo personal con Jesucristo
- Concluyen con un canto o con la señal de la cruz
Preparativos por parte de la familia
- Un cirio grande para colocar en un lugar importante de la casa, de preferencia en una ventana para que pueda verse desde el exterior. Este cirio se lleva a la celebración del 11 de octubre para que lo bendiga el sacerdote.
- Una Biblia para ponerla junto al cirio
- Ejemplar del catecismo de la Iglesia católica para leer un número cada día en familia
- Copias del Credo.
¿Por qué es importante la profesión del Credo?
En la misma carta el Papa explica la importancia de aprender el Credo y de profesarlo públicamente:
9. (…) No por casualidad, los cristianos en los primeros siglos estaban obligados a aprender de memoria el Credo. Esto les servía como oración cotidiana para no olvidar el compromiso asumido con el bautismo. San Agustín lo recuerda con unas palabras de profundo significado, cuando en un sermón sobre la redditio symboli, la entrega del Credo, dice: «El símbolo del sacrosanto misterio que recibisteis todos a la vez y que hoy habéis recitado uno a uno, no es otra cosa que las palabras en las que se apoya sólidamente la fe de la Iglesia, nuestra madre, sobre la base inconmovible que es Cristo el Señor. […] Recibisteis y recitasteis algo que debéis retener siempre en vuestra mente y corazón y repetir en vuestro lecho; algo sobre lo que tenéis que pensar cuando estáis en la calle y que no debéis olvidar ni cuando coméis, de forma que, incluso cuando dormís corporalmente, vigiléis con el corazón»[16].
10. En este sentido, quisiera esbozar un camino que sea útil para comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios. En efecto, existe una unidad profunda entre el acto con el que se cree y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento. El apóstol Pablo nos ayuda a entrar dentro de esta realidad cuando escribe: «con el corazón se cree y con los labios se profesa» (cf. Rm 10, 10). El corazón indica que el primer acto con el que se llega a la fe es don de Dios y acción de la gracia que actúa y transforma a la persona hasta en lo más íntimo.
Hay muchas cosas que podrían hacerse durante el Año de la fe para secundar y aplicar las directrices del Papa, tanto en la práctica de la caridad evangélica, como en el conocimiento y profundización de la fe, en la vida de oración, etc. pero quise centrarme ahora en la oración en familia y el rezo diario del Credo.
Lineamientos del Papa para el Año de la fe
En Porta Fidei, el Papa dice que este Año de la fe tenemos la oportunidad para:
- Confesar la fe (evangelizar, caritas Christi urget nos, compromiso de profesarla públicamente) (PF 9)
- Celebrarla en la liturgia (PF 9)
- Testimoniarla en la vida (PF 9) particularmente con el testimonio de la caridad (PF 14)
- Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada en relación con el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios. (cf. Porta fidei, 10) pues «En efecto, existe una unidad profunda entre el acto con el que se cree y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento» (PF10) En concreto, estudiar el Catecismo: «el Año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica». (PF11)
Otras invitaciones que hace el Papa ahí:
- Fijar la mirada en Jesucristo (PF 13)
- Buscar siempre la fe («para que no nos volvamos perezosos en la fe») (PF 15)
- Aquilatarla en el sufrimiento y en las penas y alegrías de la vida (PF 15)
«La fe sólo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios.» (PF 7) Sin duda el seno de la familia constituye un excelente ámbito para hacerlo una realidad.
Autor, P. Evaristo Sada L.C. (Síguelo en Facebook)
Este artículo se puede reproducir sin fines comerciales y citando siempre la fuente www.la-oracion.com y el nombre del autor, procurando mantener las ligas internas al artículo.