Sagrado Corazón de Jesús:
Enséñame el perfecto olvido de mí mismo, porque es el único camino por el que se puede entrar en ti. Ya que todo lo que yo haga en adelante será para ti, haz de modo que no haga nada que no sea digno de ti. Enséñame lo que debo hacer para llegar a la pureza de tu amor, cuyo deseo me has inspirado. Siento en mí una gran voluntad de agradarte y una gran impotencia de conseguirlo sin una luz y un socorro muy particulares que sólo puedo esperar de ti. Haz en mí tu voluntad, Señor. Me opongo a ella, lo sé, pero me parece que quisiera no oponerme. A ti te toca hacerlo todo, divino Corazón de Jesucristo. Sólo Tú tendrás toda la gloria de mi santificación, si llego a ser santo. Esto me parece más claro que el día, pero será para ti una gran gloria y solamente por eso quiero desear la perfección. Así sea.