La vida cristiana es anteponer la voluntad de Dios a la nuestra

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Si quieres, pues, entender en qué consiste el fondo de la verdadera piedad, y toda la perfección del Cristianismo, sabe que no consiste en otra cosa sino en conocer la bondad y la grandeza infinita de Dios, y la bajeza y propensión de nuestra naturaleza al mal; en amar a Dios, y aborrecernos a nosotros mismos; en sujetarnos, no solamente a su divina Majestad, sino también a todas las criaturas, por su amor; en renunciar enteramente a nuestra propia voluntad, a fin de seguir siempre la suya; y sobre todo en hacer todas estas cosas únicamente por la honra y gloria de Dios, sin otra intención o fin que agradarle, y porque su divina Majestad quiere y merece ser amado y servido de sus criaturas.(El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli)