El amor que Dios nos manifiesta con la Redención

1822

La Santísima Trinidad, en la unidad de su esencia, me ha creado sólo para Sí, y habiéndome amado por toda la eternidad, ha visto que no podía ser ni subsistir fuera de El, que siendo mi principio y mi único origen, quiere y debe ser también mi único fin, habiendo creado a todas las creaturas para que me sirvan como medios para llegar a él, de la misma manera que los hitos del camino conducen al manantial de una corriente.