Un consejo para las vacaciones

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Consejos del Papa para las vacaciones

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A  (Zac 9, 9-10; Sal 144; Rom 8, 9. 11-13; Mt 11, 25-30)

Lecturas

Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso, modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. (Zac 9, 9)

El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. (Sal 144)

Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por el mismo Espíritu que habita en vosotros. (Rom 8,11)

«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.» (Mt 11,28)

Meditación

Estamos ya en el mes de julio, tiempo de estío en el hemisferio norte, para muchos el momento deseado de descanso por vacaciones. Es bueno tener un respiro, librarse del agobio cotidiano, distanciarse de los problemas.
Sin embargo, por imperativo social, cultural y consumista, hay formas de plantear el tiempo libre que, en vez de aliviar, fatigan más, y dejan después hasta arañazos depresivos, o las consecuencias de un gasto superior a las posibilidades.

Sorprende el mensaje de la primera lectura de este domingo: la alegría porque viene el rey, y lo hace con austeridad, de manera sobria y humilde. Si aplicáramos a nuestro tiempo de ocio esas notas, quizá descubriríamos la paradoja de sentir más alivio y hasta más satisfacción cuando planteamos la vida, y en concreto las vacaciones, sin alardes consumistas, sino con sobriedad.

La Palabra de Dios nos asegura que el Señor sostiene y endereza a los débiles, vivifica nuestros cuerpos y alivia nuestros agobios y cansancios. Desde estas propuestas, me atrevo a aconsejar:
Si eres una de las numerosas personas que este mes han tomado el merecido descanso y tiempo libre, plantéalos con cierta sobriedad. No hagas de tu cuerpo el centro de tu atención, y acude a quien te ofrece refrigerio, serenidad, sosiego, a Jesucristo.

Aprovecha el verano, cuando tienes más disponibilidad de un tiempo personal para celebrar y avivar la relación amiga con los propios y la relación teologal con Dios. Conozco a muchos que en su agenda introducen unos días de Ejercicios Espirituales y de retiro.

Ejerce la hospitalidad y la convivencia. Las buenas relaciones familiares distienden, alegran, y graban en la memoria momentos afectivos que acompañan después en las horas bajas. ¡Felices vacaciones!


Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente (consuta aquí su página web)

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