II Domingo de Cuaresma
Jesús “subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor” (Lc 9, 28-29).
El monte más alto es el de la Cruz, y en él Jesús fue levantado en alto y atrajo a todos hacia sí.
La verdadera transfiguración de la humanidad acontece en el misterio de la Pasión, muerte y resurrección del Señor.
Pensamiento:
Jesús lleno de luz nos habló de la Cruz, para que cuando estemos ante el dolor no olvidemos su posibilidad transfiguradora desde la fe.
Propuesta:
Atrévete a creer y a vivir la paradoja del Evangelio: “El que quiera ganar su vida, que la pierda”.
Cuestión:
¿Cómo interpretas y vives las pruebas y las contrariedades?
Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente (consulta aquí su página web)
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