Puntos de meditación: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando»

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Que seas feliz tú

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.”

VI Domingo de Pascua

(Act 10, 25-26. 34-35. 44-48; Sal 97,1: 1 Jn 4, 7-10; Jn 15, 9-17)

Texto Bíblico

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.”

Contexto

“Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.”

“Dios es amor.  En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como victima de propiciación por nuestros pecados.”

Contemplación

Por más que leo las Escrituras y conozco el mensaje del Evangelio, en el que se me asegura la iniciativa de Dios en  su amor por mí.

Aunque sé que la declaración de amor es decisión divina y que no depende de mi respuesta.

A pesar de las veces que he predicado que Jesús elige a sus amigos y ha querido llamarnos a serlo por libre voluntad suya.

Sigo hipotecando el amor divino y la amistad con Jesús a mi sensibilidad y a mi respuesta, y caigo en el error de creer que es gracias a mi fidelidad la fidelidad de Dios. Y por ello corro el peligro de creerme, pretenciosamente, merecedor de su favor, o me hundo en mi propio pecado, por pensar que ya no merezco la mirada amable del Señor.

Y la Palabra permanente, la que no se muda, la que es fiel y estable afirma: “No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido”. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó”

Señor, una vez más me rindo, y a pesar de mi humillación,  deseo corresponder a la gratuidad de tu elección amorosa al menos dejando que unjas mis heridas.

Misión

“… os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure”.  Tú eres, Señor,  la semilla, Tú eres quien da el incremento a nuestro campo, Tú quien nos bendice con los frutos de nuestras manos. ¡Bendito seas, Señor!


Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente.

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