También los Miembros están unidos a la Cabeza, viven a ella vinculados y su separación lleva consigo la muerte. Mas los cristianos viven más unidos a Cristo que a su misma cabeza, y viven más realmente de Él que de la unión que los liga a su cabeza. Ejemplo, los Santos Mártires, que afrontaron gustosos la muerte, no queriendo ni oír hablar de su separación de Cristo, ofrecieron al verdugo su cabeza y sus miembros con alegría. Nadie pudo apartados de Cristo ni siquiera por una simple palabra de abjuración.
La vida en Cristo, libro I