Es absolutamente necesaria la correlación entre la unidad y el amor que la crea. Pero ¿qué hay que pueda igualar al amor divino? Lo que mejor parece decirnos la compenetración y unidad que lleva consigo es el símbolo del Matrimonio; quien mejor expresa su armonía es la unión de los Miembros con la Cabeza; aunque estos símbolos disten mucho todavía de la realidad y se precise no poco para alcanzar a vislumbrarla.
La vida en Cristo, libro I