Tentación de soberbia

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El asechanza que tiene para engañar es aquesta: alzarnos con la vanidad y mentira, y después derribar con verdadera y miserable caída. Ensálzanos con pensamientos que nos inclinan a estimarnos en algo, haciéndonos caer en soberbia; y como él sepa por experiencia ser este mal tan grande, que bastó a hacer en sí mismo de ángel demonio, trabaja con todas sus fuerzas de hacernos participantes en él, porque también lo seamos en los tormentos que él tiene. Sabe él muy bien cuánto desagrada la soberbia a Dios, v cómo ella sola basta a hacer inútil todo lo demás que el hombre tuviere, por bueno que parezca. Y trabaja tanto por sembrar esta mala semilla en el ánima, que muchas veces dice verdades, y da buenos consejos y sentimientos devotos, solamente para inducir a soberbia, teniendo en muy poco lo que pierde en que uno haga algún bien, con que le pueda ganar todo entero, con el pecado de la soberbia, y con otros que tras él vienen. (Juan De Ávila, Audi filia)