Dios solamente es toda mi fortaleza, mi apoyo, mi refugio y mi libertador; Él es mi sostén, mi protector y mi salvación. Yo soy la vid, dice Nuestro Señor, vosotros los sarmientos; el que está unido conmigo, y yo con él, ése da mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. No dice, sin mí podéis hacer muy poco; sino, sin mí nada podéis hacer. Sin Él yo no puedo ni poco ni mucho, no puedo absolutamente nada (José Tissot, La vida interior)