Servicio a los hermanos

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Cuando el Señor dice: «Sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial», «Yo para esto he venido», «Ésta es la voluntad de mi Padre», quiere estimular, con estas afirmaciones, la diligencia de los responsables de la educación de los niños. ¿Te fijas cómo los protege, amenazando con castigos intolerables a quienes los escandalicen, y prometiendo premios admirables a los que les sirvan y se preocupen de ellos, confirmando esto con su propio ejemplo y el de su Padre? Imitémosle, pues, poniéndonos al servicio de nuestros hermanos sin rehusar ningún esfuerzo, por laborioso o humilde que nos parezca, sin negarnos siquiera a servirles si es necesario, por pequeños y pobres que sean; y ello aunque nos cueste mucho, aunque tengamos que atravesar montes y precipicios; todo hay que soportarlo por la salvación de nuestros hermanos.

De las homilías sobre el evangelio de San Mateo