María, ¡dichoso mil veces quien te ama! «Si yo amo a María -decía san Juan Berchmans, estoy seguro de perseverar y conseguiré de Dios lo que desee». Por eso el bienaventurado joven no se saciaba de renovarle su consagración y de repetir dentro de sí: «¡Quiero amar a María! ¡Quiero amar a María!»
Las glorias de María