Aun el llegar a Dios, ninguna otra cosa era sino querer ir, pero querer, fuerte e íntegramente, no traer y llevar de acá para allá, la voluntad enfermiza que lucha cuando una parte del alma se eleva y otra parte se derrumba.
Aun el llegar a Dios, ninguna otra cosa era sino querer ir, pero querer, fuerte e íntegramente, no traer y llevar de acá para allá, la voluntad enfermiza que lucha cuando una parte del alma se eleva y otra parte se derrumba.