Es legítimo desear los bienes, pedirlos en la oración y buscarlos con moderada aplicación. Es culpable si llegamos a considerarlos nuestro fin, descuidando lo espiritual.
Es legítimo desear los bienes, pedirlos en la oración y buscarlos con moderada aplicación. Es culpable si llegamos a considerarlos nuestro fin, descuidando lo espiritual.